Imadoki! es una de las pocas series de Yuu Watase que no
incluye elementos mágicos. Tal vez porque trabaja mejor los mangas con toques
de fantasía, el principio es un tanto flojo y simple: una chica de campo que se
muda a la ciudad y conoce a un chico rico que la ayudará, aunque en principio
no quiera, cuando el resto de la escuela la acose por no tener el mismo estatus
que ellos.
Aún así, Yuu Watase consigue llevar la historia más allá
gracias a varios factores como la aportación de unos magníficos secundarios y
el planteamiento de una serie de dilemas morales como el embarazo adolescente,
la presión que se ejerce en la sociedad japonesa a los herederos de las grandes
empresas o las diferencias entre el campo y la ciudad. Eso sin olvidar la
relación de los protagonistas.
El final, aunque cierra todos los temas que se habían
planteado, acaba en las últimas páginas siendo precipitado pues mediante una
carta se cuenta que pasa con todos los personajes secundarios de forma muy
resumida y que te hace querer saber más de las relaciones de los mismos. De
todos modos deja una sensación muy agradable y cálida, como el resto de la
serie.
Tampopo es una chica excesivamente ingenua y pura, no hay
nada oscuro en su personalidad y siempre sonríe, pero aún así no se libra de
una serie de traumas del pasado producidos tras la muerte de sus padres. Kôki
por su parte parece tener doble personalidad, una seria y fría que oculta su
‘yo’ amable y cálido. En resumen, son unos personajes que se hacen querer
aunque pesa sobre ellos el hecho de que son muy estereotipados.
Como suele pasar en los mangas de esta autora, los
secundarios llegan a ser más interesantes que los mismos protagonistas.
Empezando por la primera ‘amiga’ de Tampopo en el nuevo instituto, Tsukiko
Saionji, retorcida y maquiavélica con quienes se ponen en su camino, pero que
acaba demostrando que es una chica directa, que sabe lo que quiere y que sabe
decir las cosas claras. Aoi Kyôgoku es un obseso de los ordenadores con un
desequilibrio mental un tanto peligroso; personaje desaprovechado a partir del
momento en que se une al grupo de amigos. Arisa Uchimura, una chica que sólo
sabe ir de fiesta será la que sufra la mayor transformación dentro de la
historia y posiblemente, la que más llega a madurar.
Por último faltan los ingredientes que hagan avanzar la
relación de los protagonistas y estos son, por un lado Yôji, el hermano de Kôki
y Erika Yanahara, su prometida. Yôji es un chico independiente y libre que
prácticamente ha abandonado la familia para perseguir su sueño lo que hará la
vida imposible a su hermano al dejarle todas las responsabilidades a él,
incluida la prometida. Erika es claramente ‘la mala’ de la serie. Yuu Watase ha
hecho muchos personajes ‘malos’, pero probablemente ella sea la que más
antipatías es capaz de levantar por su personalidad cobarde y su actitud
victimista.
Un elemento que domina a la perfección esta autora y que
siempre le da puntos a su favor en sus historias son las situaciones cómicas
que introduce en cualquier punto de la trama y que difícilmente no arrancarán
alguna que otra sonrisa como mínimo.
Las dos historias extras que se incluyen al final de la
serie van acorde al estilo del manga principal, es decir, son simples pero muy
dulces y bonitas. ¡Para siempre! (Zutto ne!) Es una breve precuela de la serie, donde
conocemos cómo se hizo Tampopo con su zorrito a la par que leemos una historia
del primer amor de los mejores amigos de ésta. Una historia muy tierna y
adorable. Por otro lado, ¡Un toque repentino! (Sundeni TOUCH!) parte de una protagonista que
tiene terror a los gérmenes y al contacto humano y cómo conocerá a un chico que
estará dispuesto a curarla. Para ser una historia corta es bastante original,
sobre todo en el planteamiento de la chica, que dará bastantes escenas cómicas.
Yuu Watase empieza a definir en Imadoki su estilo propio de
trazo. En obras anteriores aún era algo burdo y este manga, en ese sentido, se
puede entender como un punto de inflexión.
La edición de Glénat, en esta serie, es francamente buena.
Para empezar tiene una traducción impecable, con un uso de multitud de frases
hechas y refranes que sustituyen perfectamente las expresiones originales. La
edición tampoco se queda atrás y es de las más cuidadas que han hecho en
cuestión de editar sobre tramas o dibujo, si bien, como único punto negativo
reseñable, se han dejado varias onomatopeyas sin tocar.
Imadoki es, ante todo, una serie simple, pero muy agradable
de leer, capaz de hacer sacar más de una sonrisa y de enternecer en
determinados momentos. Difícilmente gustará a quienes busquen cosas complejas y
profundamente elaboradas.
VALORACIÓN
Historia: 8
Originalidad: 5
Dibujo: 8
Edición: 8.5
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